Operación bikini: ¡Reduce tus links!

16 04 2010

Hasta hace unos meses no me puse al día en Twitter como debía, pero últimamente estoy descubriendo más y más del mismo, a pesar de no disponer de aparato móvil con el que actualizarme continuamente y dar mal en la red…. Pero de lo que quiero hablar no es de la red social, que también….

A lo que vengo es a informar sobre la dieta de links que se produce en los tweets y que está yendo más allá….

Cuando paseaba por la red social encontraba links bastante rarunos, cortos y demasiado similares entre ellos. Dudaba, claro está, de que todo el mundo quisiera mandar a la gente al mismo sitio, por lo que clickando, clickando y con el mazo dando fui descubriendo diferentes redirecciones posibles…. Asi que me puse a investigar aka googlear.

Resulta que existe una página cual dietista/nutricionista que hace posible no tener que introducir links de un tamaño desproporcionado que muchas veces pueden llevarte a páginas interesantes pero que molestan a la vista, así como que algunos desvelaban el interior de la noticia.

La culpable de todo ésto es: bit.ly, quien ofrece la posibilidad de realizar esta acción a tan sólo un click y no sólo eso, también trackear el mismo, compartirlo por otros medios que no sean CTRL+C/CTRL+V, y también disponer de una base de RSS pública. Una acción bastante peculiar, no veía algo así desde que descubrí no hacía falta escribir las uves dobles del World Wide Web en la barra de direcciones.

Bit.ly se ha popularizado principalmente por ser el acortador por defecto de TweetDeck, y ha conseguido ser una referencia y una ayuda, sobre todo, por los 140 únicos caracteres de cada tweet que escribe el usuario. Han conseguido que links sin fin se conviertan en una ínfima URL.

La empresa posee unos datos espectaculantes, tales como 40-50 millones de acortamientos por día, hasta 147 millones de clicks al día, 3400 millones de clicks en todo el mes de marzo, 40 veces más que hace un año, y con clientes de Bit.ly Pro de la talla de The New York Times, CNN, Amazon, Foursquare o Starbucks.

A partir de ahora los links ya no serán lo eran.

Por ejemplo, si quieres mandarle este artículo a cualquiera ya no tendrás que saturarle con tantos caracteres como: https://publicidadenelmstreet.wordpress.com/2010/04/16/operacion-bikininternet-¡reduce-tus-links, sino que con ésto bastará:

http://bit.ly/d2CuZR

Y, para finiquitar, una pequeña clase de publicidad en el exterior gracias a comicpublicidad, en concreto de José Carlos León. No se trata de cómo hacerla y cómo no, sino en los términos básicos utilizados en el día a día y que, al parecer, son érroneos: MUPI vs OPI.

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Veni, BIDI, vinci

15 03 2010

Una entrada muy esperada….

En el anterior post (aquí debajo sí, check it out yo!) hablaba del artista urbano Banksy, quien ha inspirado este escrito no sólo por la bidimensionalidad en la que trabaja (aunque ‘graffita’ tan bien que hace de ella un 3D) sino porque sin venir a cuento me encontré con una obra del susodicho donde utiliza un código BIDI. ¿Y qué es eso? Pues mira:

No, no se trata tan sólo de un familiar del código de barras ni mucho menos tan sólo unos puntos pixelados encuadrados. El BIDI o código QR (Quick Response) es un sistema creado en Japón para almacenar información. Esta tecnología permite que al ser fotografiado en un soporte físico o en la red con un móvil se pueda acceder de forma directa y rápida a cualquier contenido alojado en la red.

Últimamente está siendo muy utilizado para campañas publicitarias, ya que tan sólo con la descarga de un programa para el móvil y tras hacer una simple foto, se puede redireccionar a quien lo haga donde uno más desee; por ejemplo el aquí añadido lo hace hacia mi blog.Otro ejemplo sería el de YOROKUBU, quienes lo utilizan en su versión impresa.

Resulta pues que, a pesar de parecer una tecnología muy complicada es más sencilla de lo que parece, en cuanto a su realización concierne. Existen ciertas compañías que lo comercializan especialmente, pero Kaywa ha sacado a la luz gratuitamente  un lector de códigos QR. Asimismo ha revolucionado este campo ofreciendo a cualquier persona la creación de sus propios códigos BIDI o QR, de una manera tan simple como entrar en su página web y decidir el contenido, desde ‘linkar’ a una URL hasta a un texto cualquiera, y generar el mentado en el tamaño deseado.

A partir de ahora comienza la batalla tecnológica gracias a un invento que me encanta y pretendo explotar. Es la mezcla perfecta entre la novedad tecnológica y el ‘código de barras’ como el de cualquier producto desde hace ya 30 años de su inmersión en las tiendas.

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